

Las Compañías (La Serena)
Desde el 300 D.C, fue habitada de manera dispersa por las Culturas Molle, Ánimas, Diaguita y Diaguita-Inka respectivamente como lo han demostrado diversas investigaciones realizadas en el cementerio El Olivar y la Hacienda Coquimbo, al oriente de las Compañías. De este modo, el territorio que florece al norte del mencionado río toma importancia económica durante el siglo XVII a partir de la hacienda de la Orden de la Compañía de Jesús y la instalación de mineras en el sector “El Brillador” (Suarez, 2012). La relevancia simbólica de las acciones de la Compañía de Jesús se ve reflejada en una de las teorías sobre la denominación “Las Compañías”, más tarde la fuerza de la tradición indígena de origen incaica y diaguita, además, de las prácticas de comuneros la dividirán en “Compañía Alta” (Hursinsaya: Tierras Altas) y “Compañía Baja” (Hanansaya: Tierras Bajas).
El sector de la compañía baja se formó hacia fines del siglo XVIII o inicios del XIX como un pequeño caserío de trabajadores agrícolas que utilizaban instalaciones dejadas por los jesuitas unas décadas atrás. Durante el siglo XIX se concretó la llegada de don Carlos Lambert, quien se hace de los yacimientos “El Brillador” y “El Solapar”. La figura de Lambert, promueve la ocupación demográfica en Compañía Alta y pueblos aledaños. Es así como, para 1825 se establecen grupos obreros en el segmento compuesto por las actuales calles de Vicente Zorrilla y otro tanto en el pueblo de Lambert e Islón (Barahona, 2009).
A partir de 1920 en el sector de La Compañía Alta se localiza un buen número de pampinos resultado del cierre de las salitreras en el norte grande. El gobierno de Gabriel González Videla promueve en el Plan Serena un fuerte proceso de higiene social del casco histórico de la ciudad, con tal fin se lotean sitios entre las calles Nicaragua, Avenida Argentina, Avenida Islón y Vicente Zorrilla por medio de la llamada “operación sitio” (Barahona, 2009), esta operación parte del Plan Serena como intervención del recurso espacio conlleva procesos de significación social que decantarán en formas de producción y reproducción de las desigualdades sociales entre clases y grupos sociales en la ciudad, sustentadas en la vivencia del territorio y la higiene social instalada en el centro de la ciudad (Suárez, 2012). Además comienza la ocupación gradual del sector el Libertador, como resultado de la expansión urbana de la ciudad, se construye el puente “El Libertador” Bernardo O'Higgins que abre una importante vía de comunicación para este sector. Se consolidan planes habitacionales de viviendas básicas con la creación del complejo habitacional del Olivar. En los últimos años de los noventa el desarrollo poblacional se ha orientado hacia los llanos en la Compañía Baja y en El Libertador con rumbo a la Panamericana (Barahona, 2009).
La pobre planificación urbana ha provocado que las Compañías carezcan de una red de servicios públicos y privados o zonas de trabajo, obligando a gran parte de su población a moverse temporalmente al Centro Histórico de La Serena en busca de ellos, generando problemas de transporte en sus tres vías de acceso (Sanhueza, 2001).
Geomorfológicamente Las Compañías se emplaza entre la segunda y tercera terraza. Las quebradas que disectan las formas aterrazadas interrumpen la continuidad urbana, delimitan abruptamente el paisaje urbano local y reorientan su expansión por las áreas de menor resistencia. El lecho del río Elqui desagrega Las Compañías de La Serena y se erige en barrera física y social (Paskoff, 1993).